Promover, facilitar y difundir la inclusión de las personas con discapacidad cognitiva

La igualdad de oportunidades e inclusión son responsabilidad de todos

NOTICIAS - 10 marzo, 2015

Hace unas semanas, se cumplieron cinco años desde la promulgación de nuestra actual Ley 20.422 que “Establece Normas sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de Personas con Discapacidad”, que entró en vigencia el 10 de febrero de 2010. Esta ley responde a una necesidad de adecuarnos normativamente a la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad que Chile ratificó el año 2008.
igualdadNuestra ley actual alcanza los estándares internacionales en materia de discapacidad y esto significa un verdadero cambio de paradigma. Se incorpora el nuevo modelo biopsicosocial propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que tiene implicancias directas en las acciones que como sociedad podemos tomar para avanzar en inclusión. Es por esta razón que hoy quiero profundizar en la relevancia que tiene el cambio de mirada que se nos invita a hacer como sociedad.
El marco conceptual de la Convención y, por lo tanto, de nuestra ley, corresponde a la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) propuesta por la OMS. Esta señala que la discapacidad se establece cuando un individuo con una deficiencia interactúa con el ambiente que al presentar barreras físicas, sociales y/o actitudinales restringe la participación social del individuo. Por lo tanto, la discapacidad ocurre en la interacción entre el individuo y la sociedad, es decir, tiene componentes tanto biológicos como sociales.
Este es el llamado modelo biopsicosocial, que sintetiza e integra los enfoques previos de discapacidad: el modelo médico y el modelo social. El modelo médico plantea la discapacidad como un problema del individuo causado directamente por alguna enfermedad que debe ser tratada. Es un enfoque que ubica la discapacidad –y el problema– en la persona y está centrado en la patología, en la enfermedad. Aquí es la persona la que debe esforzarse por recuperarse, conseguir la rehabilitación y la inserción social.
Son expresiones comunes en el modelo médico: postrado en una silla de ruedas, sufre o padece de tal cosa, necesita ayuda, necesita una cura, mejorarse, etc. Es una mirada enfocada en las limitaciones de la persona y enfatiza la dependencia y falta de autonomía.
A partir de la década de los 60, las mismas personas con discapacidad dieron forma y propulsaron un modelo social de discapacidad. Este modelo se centra en el individuo y sus necesidades, señala que es la sociedad la que genera la discapacidad a las personas mediante diferentes barreras. Comienza a distinguirse entre la deficiencia biológica de la persona y la discapacidad que tiene un origen social.
Las patologías ya no son el principal factor de discapacidad, sino el prejuicio, la discriminación y los ambientes inaccesibles. Es en este contexto que surge el lenguaje centrado en la persona, cuando ellos mismos demandan cambiar ‘discapacitados’ por ‘personas con discapacidad’. Se cambia el concepto de la persona encerrada en la casa por la demanda de ciudades accesibles.
La trascendencia de este cambio de paradigma es que al situar la discapacidad en la interacción de la persona con el entorno y no en la persona misma, el grado de discapacidad de una persona depende de la situación que todos nosotros creamos como sociedad y, por lo tanto, pasa a ser nuestra responsabilidad.
Por eso es que hoy, al cumplirse cinco años de esta nueva normativa, debemos profundizar en este tema y recordar cual es el cambio profundo que nos invita a hacer. La Ley por sí sola no basta, nos entrega una base sólida sobre la cual construir, pero somos todos nosotros los encargados de construir una sociedad más inclusiva, que valore la diversidad y entregue igualdad de oportunidades y desarrollo para todos los chilenos y chilenas.
 
Sonia J. Castro Tobolka
Coordinadora Área de Contenidos e Investigación
Fundación Descúbreme

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